Un avión, dos aviones, tres.
Todos parten de un inicio,
vuelan un rato
y acaban aterrizando en algún lugar.
No sé qué pasó contigo,
tu ponías el avión
pero suponía un gran esfuerzo para mí,
mantenerlo en el aire.
Volabas alto, y ahora,
el impacto es impredecible.
Y no es que no quiera volar,
pero es que yo tengo vértigo, ¿sabes?
Quizá el ruido te impidió escucharme bien,
lo cierto es que me has dejado solo.
En una noche que no imaginé al despertarme,
seguramente pensando si creerme o borrarme.
Y lo que mas me duele, es,
que posiblemente, nadie me quiso tanto antes.
Eres lo que buscaba, pero no en éste
tiempo, en el que no puedo permitírmelo.
Por una vez, he antepuesto mi trabajo
a mis sentimientos.
Y ni siquiera me gusta el trabajo, pero
no tengo ahora fuerzas, para empezar,
algo distinto a lo que he comenzado ahora.
Llevo toda la vida diciendo,
que las prisas no son buenas,
y a veces, la vida lo ha demostrado.
En verdad, no basta con querer algo,
también tienes que saber quererlo.
Te has ido hace rato, y ahora empiezo a preocuparme,
confundo otras pisadas con las tuyas,
debiste haber vuelto a estas alturas.
24 minutos, o quizá sean horas,
en la fría noche de esta ciudad.
Creo que hice lo que pude,
pero también que pude haber hecho mas.
Y si cada luz en la noche fuese una persona,
¿cual seria la tuya?
Todas parecen iguales, y no lo son, en absoluto.
Ella esta viviendo lo que yo,
a la misma edad, en los mismos términos.
Pero también se, que nadie
se rebaja tanto como yo.
Es una de tantas veces, en que dos,
no saben encontrar un plan intermedio,
y no será por que no lo intento..
Pero el amor, que lo puede todo,
también puede ser impedimento.
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