Fue una fría noche en Pontevedra,
Me acordé de tí, y supe que no podría tenerte.
Ésta misma noche, es tan silenciosa,
todos lo saben, y nadie se atreve a hablar.
Quizá aquí y ahora, pierdo mis esperanzas,
pero no tiro la toalla.
Es tanto lo que puedo ganar...
Casi tanto, como lo que puedo perder.
Ésta noche, la luz es muy pequeña,
y apenas gana espacio a la oscuridad.
Las ventanas se cierran, como
si nadie esperase ya, a que nada pudiese entrar.
Ésta noche el amor se ahoga,
y esto, es asfixiante.
Ésta noche, el hombre que creció a tu lado,
no tiene fuerzas para tí.
Carácter propio.
A pesar de todo lo que ocurre, todas las situaciones, en todos los contextos; la vida en general, no es más que un conjunto de bobadas, a las que damos importancia.
No hay momentos buenos, ni malos, solo son momentos, y lo demás, el cómo lo queramos ver, tan solo son valoraciones.
El sufrimiento debe ser nuestro amigo, y a la vez, debemos mantenernos lo más lejos posible de él.
Nuestras lágrimas, son el momento culmen, del necesario ciclo del agua.
Nuestros esfuerzos, una satisfacción por encima del éxito o el fracaso.
Saber aprender del más tonto, de la más inútil piedra, pero también de nosotros mismos.
Conócete a ti mismo, mejor de lo que nadie pueda hacerlo.
Toma el control, y actúa.
lunes, 3 de septiembre de 2012
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