Un alma en pena,
Vagando por Requena.
Locura entre sensatez,
La cordura, frente a la idiotez.
Un poco de luz,
Para tanta oscuridad.
Una fiel sonrisa,
Ajena a la realidad.
Y en medio convaleciente,
Tú, objeto de miradas.
Sin honores, tan valiente,
Oxidado clavo ardiente.
Se declara en rebeldia,
Víctima de su melancolía.
Sabemos que pide ayuda,
Por su forma de andar.
Sabemos que está gritando,
Pero que no puede hablar.
Inmensidad, en la
Pequeña explanada.
Lejos, tus palabras,
Que no llevan a nada.
Entre humedad y tristeza,
Una pequeña alegría.
Agarrar fuerte estos barrotes,
Pensar que saldré algún día.
Cansancio, humedad y tristeza,
y también melancolía.
Aguantar gritos y azotes,
Pensar que saldré algún día.
Carácter propio.
A pesar de todo lo que ocurre, todas las situaciones, en todos los contextos; la vida en general, no es más que un conjunto de bobadas, a las que damos importancia.
No hay momentos buenos, ni malos, solo son momentos, y lo demás, el cómo lo queramos ver, tan solo son valoraciones.
El sufrimiento debe ser nuestro amigo, y a la vez, debemos mantenernos lo más lejos posible de él.
Nuestras lágrimas, son el momento culmen, del necesario ciclo del agua.
Nuestros esfuerzos, una satisfacción por encima del éxito o el fracaso.
Saber aprender del más tonto, de la más inútil piedra, pero también de nosotros mismos.
Conócete a ti mismo, mejor de lo que nadie pueda hacerlo.
Toma el control, y actúa.
viernes, 23 de diciembre de 2011
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